jueves, 18 de marzo de 2010

00060-8.ALICANTE.1489: 2.Cómodo en la Santa Faz

DOCUMENTO ANTERIOR:   00058

DOCUMENTO POSTERIOR:  00064 - 01392

Al abrir la pieza el lienzo de la efigie hallábase desplegado, "el viaje que lo había revuelto" pensó mosen Pedro Mena; lo dobló y guardó. Por segunda vez tuvo el cura de San Juan necesidad de abrír el arca, desdoblada la tela allí se encontraba, "que raro" pensó mosén Pedro Mena; la dobló y guardó. Una vez más hubo de abrír el cofre el cura..., el paño estaba desdoblado; "¡milagro!" gritó Pedro Mena. La llevó el cura a la iglesia y a la beneración pública de los sanjuaneros puso aquel rostro que decían era de Jesús. Con el tiempo hubo una sequía y el mentado religioso en procesión fidelisima salió por los campos a pedir agua. Y fue al llegar al LLoixa que la imagen saltó en una lágrima que paró su trayectoría en la mejilla; ¡ MILAGRO! exclamaron al unisono. Autoridades y hombres de méritos economicos fueron, del milagro, alertados. Se compuso una salida más pomposa, en día de negras nubes, y en esta segunda llegaron al Convento de Los Angeles, donde junto a un pino el paño, suspendido en el aire, dos veces aparecía, hallándose de igual modo en el aire el franciscano que portaba en sus manos la tela. ¡MISERICORDIA, SEÑOR! gritaron los presentes, perdieron las nubes su negritud y una benigna lluvía regó los campos y aseguró las cosechas.

Aseose la camisa a cuadros, pantalón de pana y zapatillas de andar largo, completándose la indumentaria de un grueso jersey y un morral. En la dicha bolsa, en armonía, una tortilla de patatas, unos trozos de conejo con tomate, una morcillas, queso, pan y un vino de Pinoso. Con todo lo cual dispusose al camino.

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