00072-2.DE LAS FIESTAS: 1.LA SEMANA SANTA

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02239 (05.04.2015)

Inicialmente se observaba esta semana como la única propia de ayuno antes de la Pascua, siendo posteriormente que el ayuno se extendió a lo largo de la Cuaresma. En el siglo V el relato de la Pasión se leía el domingo, el miércoles y el viernes, extendiéndose al martes a partir del siglo VIII.

La pretensión de la SEMANA SANTA es la celebración de la PASION desde un punto de vista cultural, extendiendose desde la entrada en Jerusalen hasta la muerte de Cristo. El Domingo celebra la llegada a Jerusalen, del lunes al miércoles tienen lugar las discusiones de Cristo con los hombres, el jueves celebra la Ultima Cena, el viernes trata de su muerte y el sábado conoce de su sepultura. Se rige su calendario por las fases de la Luna, contándose doce semanas a partir de la primera luna llena del año.

Es el PENITENTE el sujeto activo de la Semana Santa, siendo aquel que ha cometido falta, que recibe el sacramento de la penitencia, y que para ser absuelto ha de ejercer penitencia pública. Este caer en falta grave conlleva una primera pena como es la separación de la comunidad religiosa. Ahora bien, como no todas las faltas son iguales, no todos los infractores adquieren la misma categoría, asi encontramos a "los llorantes" que permanecían a la puerta de los templos, "los oyentes" que permanecían en el vestibulo de los templos, "los prosternados" que solo asistían a la primera parte de la misa, y "los consistentes" que oían la totalidad de la misa pero no participaban de la eucaristía. Con el paso del tiempo se fueron perdiendo las penitencias públicas, mutando el arrepentimiento por limosnas u obras pías.

En la Semana Santa hay, como en toda fiesta, un sujeto pasivo; es el MIRON, que en el caso que nos ocupa es el "bueno", aquel que no ha cometido infracción contra la ley divina y de la iglesia, y cuya función única es mirar el ejercicio de la contrición de aquel que ha pecado y ejerce de Penitente.