lunes, 29 de marzo de 2010

00077-2. DE LO QUE HACEMOS SI TUVIERAMOS

Ver documento 00032


Si yo tuviera alma
podría cantar con mi corazón
los entresijos de mi alma,
pero no tengo corazón.
Podría, fausto y con ostentación,
si yo tuviera corazón,
relatar los sentimientos
anidados en mi alma,
pero no tengo corazón.
Mostrar todo el brío podría, el valor,
si yo tuviera alma y corazón,
acogidos en el espesor de esa espelunca,
en los repliegues de sus paredes,
de ese espíritu que no tengo.
¡Ah, ánimo, aliento, energía!.
¿Qué haría yo si tuviera alma y corazón?,
como vosotros, que la tenéis incrustada
en lo hondo de la razón
y ésta en el éter de la convicción.
Sería entonces un poeta, un escritor,
un inventor de pensamientos,
una idea, un dios,
un alba y un crepúsculo de pasiones,
un sentido de la proporción,
esa forma inmarchitable hablando de lo bello,
de la lenidad del amor.
Más..., no teniendo, como no tengo,
ni alma ni corazón, acaso tampoco razón,
os hablo de las malaterias
que conforman mi lacerada razón.
No os gusta, ya lo sé,
porque el pensamiento es perdición.

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