martes, 15 de septiembre de 2020

06002-63.FÍSICA: Pierre Simón Laplace (1749-1827)

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                                  o La Biogeografía de Islas)


       (514.PIERRE-SIMON LAPLACE: 1749-1827) Se dice ahora que la formación de un “sistema de sol” lo es a partir de una nebulosa primigenia, donde todos los planetas del sistema orbitan en el mismo sentido y un mismo plano elíptico alrededor de un sol, y dentro de un disco que crece. (Anaxímedes de Mileto) “Por otro lado LO/ETERNO, que se ha EXTENDIDO sobre “sí mismo” desde “sí mismo”, no lo ha hecho para seguir ocupándose de la vida humana, que solo es una extensión inexplicable de “sí mismo sobre sí mismo”, sino para recoger los frutos de su extensión, que desconocemos, y dejar que las criaturas resultantes de esa extensión, sufran y padezcan la realidad de su imperfección en un sin fin círculo de expiaciones. Pero una vez ejecutada la extensión, Lo/Eterno no quiere dejar la vida al albur de la persona ni quiere ocuparse de la existencia humana, es preciso que alguien opere en nombre de Lo Eterno, de ahí que una LEY MECÁNICA conduzca e influya en la materia y la forma, obviando la voluntad de Lo/Eterno, siguiendo las normas de la Materia Elemental, capaz de agregar elementos y producir cuanto existe. De este modo es como los mundos se forman, se desarrollan, decaen y desaparecen en un proceso inmerso en la eternidad. La novedad, ahora, conforme nos dice la Idea de la Persona, radica en la posibilidad del conocimiento de dicha ley capaz de determinar, con base en el presente, la evolución en futuro. (Laplace) Ahora la Idea de la Persona argumenta que el universo es completamente determinista, de modo que debe de existir un conjunto de leyes científicas que nos permitirían predecir todo lo que sucediera en el universo, con tal de que conociéramos el estado completo del universo en un instante de tiempo. Así, si supiéramos las posiciones y velocidades del sol y de los planetas en un determinado momento, podríamos usar entonces las leyes mecánicas para calcular el estado del sistema solar en cualquier otro instante. Ahora bien, dicho determinismo infringe la ley divina de intervención en el mundo, cuya dejación se hace en favor de meras leyes físicas. 

     Hasta ahora nos hablaba la Evolución de Las Ideas de un DETERMINSIMO basado en el Principio de Causalidad donde todo acontece casualmente, por una razón que es causa suficiente, de manera que la “causa” es lo anterior en el tiempo, y el “efecto” la secuencia de propiedades devenidas, siendo así que causa y efecto equivalen entre sí como en una ecuación que pude ser predecible. 

   Ahora bien, hemos visto en páginas anteriores como si Lo/Eterno decide/causa, la Persona es irresponsable/efecto, pero si existe la voluntad de acción en la persona resulta que la toma de decisión es causa/efecto en sí misma, más si se añade la predestinación, la cuestión, aunque expresada de diferentes modos a lo largo de la Evolución de las Ideas, relaciona el “poder de Lo/Eterno” con la “libertad de la persona”. Las posiciones se entrelazan, de modo que Lo/Eterno no puede determinar a la persona en sus actos, pues de lo contrario, la justicia y bondad divina se verían comprometidas; si la persona no es libre, tampoco es responsable, de modo que el castigo divino no sería posible. Nos encontramos ante una posición que niega el Determinismo en cuanto que es todo acontecimiento que viene fijado por una cadena de causa/efecto. Su contrario refleja la aceptación del LIBRE ALBEDRIO que es cuando la persona puede tomar y elegir en decisiones y actos. La CIENCIA se fracciona en franjas desde la “simple ciencia” de inteligencia o anterior a la creación, una “ciencia intermedia o ciencia media”, y una “ciencia de visión” que es plena consecución de la perfección de la creación, donde y en la cual Lo/Eterno ve los entes en este mundo. Sin embargo, Lo/Eterno es absoluto, no tiene límite su voluntad, luego el Acto Humano solo puede ser comprensivo de una “ciencia de visión”, de tal modo que Lo/Eterno conoce los actos de las personas desde el principio, ya que precisamente ha decidido a través de su decreto que la persona obre de manera determinada. Por otra parte los Futuros Contingentes, aquellos que tienen su origen en una causa creada externa a Lo/Eterno, ponen en entredicho lo infalible de Lo/Eterno, lo que no es posible en la medida en que el conocimiento de Lo/Eterno impide algo exterior a su propia esencia, pues Lo Eterno conoce infaliblemente todo; de nuevo aquí se hace preciso eliminar la existencia en cuanto a “ciencia media” del Libre Albedrio, quedando la “simple ciencia” que emplea la inteligencia con capacidad para conocer los Futuros Condicionados. 

     Ahora cambia la Idea de la Persona como DETERMINISMO CIENTIFICO donde el conocimiento de “la fórmula” sirve para predecir tiempo y espacio, y donde el azar es un fenómeno aparente. Pasamos de tal modo de un determinismo considerado ontológico a uno epistemológico, de modo que junto a la causalidad encontramos el fenómeno, donde no cabe ni el azar ni la discontinuidad; es decir, queda la Idea de la Persona situada en una formulación matemática de valores y cálculos necesarios, de manera que todo “fenómeno” debe separarse de su materia, imponiéndose la idea de que al “saber” se llega por las causas, separando materia y espíritu, observador de lo observado, sujeto y objeto, eliminando toda norma subjetiva en el proceso del conocimiento y reflejando una TEORIA OBJETIVA DEL SABER. Conforme a tal planteamiento el UNIVERSO, dice la Idea de la Persona, es causa de lo que será y efecto de lo que fue. Se afirma que, si fuese posible reducir a UNA ÚNICA FÓRMULA todas las “fuerzas” que actúa tanto sobre extensos grandes como pequeños, el “saber” sobre el pasado y el futuro sería absoluto; nos encontramos ante el anuncio de la Teoría del Todo. 

    Sin embargo, existen LOS MILAGROS; hemos dicho en páginas anteriores como en contra-argumentario a la negación de Lo/Eterno se expresa mediante los milagros propios de la observación de la Naturaleza y sus manifestaciones, cabe decir que los Milagros son patentes violaciones de las leyes naturales, y si estás parecen razonablemente exactas, resultan los Milagros, del todo, improbables. Se incrementa la Idea de la Persona en cuanto a la descrita negación de Lo/Eterno por el hecho de que el Milagro lo es antes de ser examinado bajo el flujo de la “ley natural”, de modo que el milagro lo es en cuanto “una persona” lo afirma como tal y como tal lo impone, requiriendo la complacencia de otras personas, que no lo han visto, pero que, a su vez, no han observado la totalidad de las “leyes de la naturaleza”, perteneciendo a ese campo de “desconocimiento” el concepto de ignorancia que promociona la existencia del “milagro”. Sin embargo, nos dice la Idea de la Persona, que los MILAGROS NO EXISTEN; ciertamente en la naturaleza existen fenómenos aparentemente discordantes con la propia naturaleza, pero que son, en realidad, perturbaciones naturales que están incursas dentro de las Leyes Naturales, de modo que el sistema se estabiliza a sí mismo y por sí mismo, no necesitando de Lo/Eterno para su ajuste. Estamos, de modo paralelo, ante una NUEVA DEMOSTRACIÓN DE LA INEXISTENCIA DE LO/ETERNO, donde establecidas todas las condiciones en momento, la ley resuelve tanto el futuro como el pasado, dicho de otro modo, para que una LEY CIENTIFICA se cumpla precisa de la no intervención de una sobrenaturalidad que pueda interferir en el correcto funcionamiento de la ley.

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