sábado, 24 de septiembre de 2011

00700-14.VERSOS DE EXISTENCIA Y DE VIDA: En el escenario

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-I-

Canta el cantor, melancólico, en el solitario
escenario, rodeado, como está, de una corte
de espectros, antiguos cantores ya olvidados.
Sabe a soliloquio desesperado, un discurso
sin destino apoyado por un coro callado,
menestral enlace de letras acopladas sobre
una música inexperta, sin mesura, muerta.
Y caen sobre el cantor, en el vacío escenario,
la calor empapada en humedad, la tenue luz,
apenas blanca, de las estrellas parpadeando.
¡Cuanta queja, rezuma inútil, por la madera
del escenario! ¡Cuanta llamada perdida se
pasea solitaria por el oscuro entablado!

-II-

Aplaude, Alicante, al cantor, está noche,
unos, los más jóvenes, en el duro suelo
sentados, otros, son los mayores, de pié,
y los ancianos, mientras corren los niños,
algunos danzando, cenando, por delante
del escenario. Unos hablan, ríen otros,
otros miran al cantor, alguno parece
escuchar la canción que el cantor está
cantando, hay quién baila, hay quién
tararea, murmura acaso, la sabida letra
de la canción, mientras sigue el cantor
indiferente su recitado, muy pausado,
al tiempo que pasa más allá del escenario.

-III-

Es de noche, huele a amor, se abrazan,
sonriendo, la muchacha y el muchacho,
rompe la monotonía de un aire en perfecto
movimiento alado, sensaciones cálidas
de un Alicante enamorado. El cantor hace
su trabajo mientras truena insensible ese
reloj en lo alto de la torre, como llamando,
la atención del cantor, de los que están
sentados, levantados, hasta de los niños
que bailan junto al escenario. Todos miran,
pasmados, las inalterables notas de colores
cabalgando sobre la grupa de la canción,
hasta que calla el reloj y sigue el cantor... cantando.

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