jueves, 29 de septiembre de 2011

00708-30.GENERALIDADES: 01.De la duración del matrimonio

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Hoy en un telediario de una televisión, entre pasmados y estupefactos sus "presentadores" nos han relatado la última norma matrimonial en MÉJICO. En aquel país ya es posible firmar un documento MATRIMONIAL con una duración de DOS AÑOS, de modo que el MATRIMONIO deja de ser una unión entre un hombre y una mujer para reconocerse como un contrato civil mediante el cual dos personas forman una SOCIEDAD BIPARENTAL, semejante, que no igual, a una Sociedad Limitada, donde sus firmantes y dentro de un ámbito espacial y temporal, al cabo de los dos años puede, por su propio contenido, decaer o bien reiniciarse por renovación del contrato.

Ha salido "el reportero" a la calle, y ha preguntado a varios transeúntes, todos ellos entre pasmados y estupefactos, daban su opinión sobre TAL NOVEDAD.

Sin embargo, NO ES NOVEDAD.

Johann Wolfgang Von GOETHE viene a manifestar en LAS AFINIDADES ELECTIVAS como el mundo esta formado de cosas móviles que se unen, se separan, y aún que son incapaces de unirse, por ser inadecuadas entre sí , siendo una de las inadecuadas duraciones ese empeño de hacer del MATRIMONIO algo eterno. Añade Goethe que cinco años es tiempo suficiente para conocerse, producir niños y para separarse, y lo que es más bello: reconciliarse. No obstante lo anterior, cabe pone LIMITES, ya que quién venga a casarse por tercera vez no puede negar que considera al matrimonio como algo imprescindible, de ahí que, en este caso, sería indisoluble.

El fundamento de lo dicho en el párrafo anterior, según Goethe, yace en los elementos químicos, ilustrándonos con los "álcalis" y los "ácidos", quienes se buscan y se unen del modo más decidido, modificándose y formando juntos nuevos cuerpos. Ahora bien, existen también uniones que, además de felicidad, producen infidelidades y desgracias. Así que, y copiamos literalmente a Goethe, "Por ejemplo, lo que llamamos piedra caliza es una tierra calcárea más o menos pura, unida íntimamente con un ácido débil que nos es conocido en forma de gaseosa. Si se pone un trozo de esa piedra en una solución diluida de ácido sulfúrico, este toma la cal y resulta yeso; en cambio, ese ácido débil de forma de gaseosa se desprende. Aquí hay una separación, se ha dado una nueva síntesis, y resulta justificado usar el término afinidad electiva, puesto que realmente parece que una relación resulte preferida a la otra y se elija aquella en lugar de esta"

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