viernes, 11 de noviembre de 2011

00786-49.ALICANTE: 03.Año 1844: 03.Los mártires de la libertad

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Alicante es un pequeño pueblo, que la fortuna de la Historia, por medio de Javier de Burgos, ha elevado a la categoría de capital, aunque ya para aquellos días no pueblo sino ciudad que dijera don Fernando el Católico. Unas quince mil almas lo ocupan, llenan el espacio que forman sus muros, que son de piedra sin nobleza ni orgullo, hechos acaso porque era otro asunto que hacer, más sin pretensiones históricas ni antojos heroicos, que Alicante no es lugar de gestas ni de historias sino de vivires apacibles e indiferentes, de pasar sin ser notada, sin apreciar que la ocupan y la manipulan, de tal modo que fue presa fácil para guerreros e impetuosos, de entre quienes hubo que la amaron y también los hubo que la ignoraron, apreciándose entre los primeros a los de Castilla que siempre la tuvieron como suya, ya desde los tiempos de don Alfonso, el Sabio, que la manda puerto de Castilla, y la otorga sus propios fueros, los Fueros de Alicante, años más tarde suprimidos bajo la imposición de otros fueros extranjeros y bajo dominio aún sigue arrastrando esta ciudad de Alicante su indiferencia histórica.

Más, el tiempo que nos ocupa, la llamada Alicante, titulada ciudad y capital de provincia, es, mediada la realidad, un pueblo oscuro y pequeño, feo y estrecho, sin belleza ni armonía, sin arte, sin héroes ni recuerdos, con algunos ricos y mucho mísero, dedicada a las labores de la tierra y a la recogida de los mares, con poco comercio, de mercaderes pequeños, , con un pobre teatro en la calle Liorna y algunos centros de enseñanza como las capuchinas y las agustinas, el clero de Santa María, hermandades y cofradías, un liceo artístico y literario, asilos, un expósito, una plaza de mercado y dos fondas, dos cafés, talleres de artes y oficios de baja calidad artística, una cárcel que, como todas las cárceles, resulta inmunda, y un estado general de policía que extendía las basuras por cualquier resquicio y que eran vertidas al mar por dos acequias abiertas en el malecón, de modo tal que, como se ve, la contaminación no es una característica del hombre nuclear, un alumbrado público más propio de la visión gatuna que de la humana, escaso, de muy débil alumbramiento y en esencia dedicado a las imágenes de santos callejeros colgados de los muros de las casas y sostenida a costa de los vecinos, de modo tal, como se ve, que ya por aquellos tiempos se pagaban contribuciones especiales, y como siempre ha sido propiciatorio de todas las épocas, tan solo en las principales calles colgaban de cuerdas que se sujetaban a los balcones de las casas, faroles alimentados con aceite, una plaza de toros, de madera, en el Barranquet situada, la sociedad de recreativos de Amigos, de reciente fundación y sin más pretensiones para aquel año de mil ochocientos cuarenta y cuatro que ofrecer un punto de reunión a los jóvenes de buenas familias, y que andando el tiempo habría de convertirse en casino, un cementerio allá por el Lavadero del Rey, en terrenos comprados al Conde de Soto Ameno y en cumplimiento de lo dispuesto en la pragmática de Carlos Tercero, y bajo la insistencia en dicho tema de don Carlos el Cuarto, un hospital, acaso la más antigua institución de Alicante, llamado de San Juan de Dios desde el año que media sobre el mil seiscientos cincuenta y tres, y antes denominado desde el año de mil trescientos treinta y tres de San Juan Bautista por la graciosa creación de don Bernardo Gomis, quien otorga en testamento unos dineros.

También hay en la ciudad una fábricas de fundición, de gran desarrollo con son San Juan, La Ratonera y La Alicantina, y algunas tiendas en la calle Mayor, de ropa y quincalla y, en general, de vetusto aspecto. Dispone, tan solo, de un paseo, sobre el antiguo Vall , y de dos centros de recogimiento religioso, la antigua iglesia del levante y la de fora. Gobiernan en la ciudad un Jefe Político al frente del Gobierno Civil Provincial, el Ilustre Ayuntamiento a cargo del señor Alcalde, un Brigadier rige el ámbito militar, un Capitán de Puerto manda en la marina, un Juez de Primera Instancia, un Administrador de Aduanas y un Intendente de Contribuciones y Rentas.

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