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"Entrar en política significa tragar" dijo Cómodo Centón, y dicen que dijo "tragar" en el peor de todos los sentidos posibles, sin excepciones. Cuando se ha entrado en política el proceso se invierte, ahora se trata de que sean los otros los que ingieran.
Construir un capitalismo responsable que vaya unido a una concepción compleja de la sostenibilidad es, cuanto menos, una idea ignorante. El CAPITALISMO es el capitalismo, y quién no comprenda ésta tautología que vuelva a la primaria y reinicie todos los estudios. En los últimos doscientos años el mundo y la historia están llenos de "TERCERAS VIAS" que han tratado de conjugar a la izquierda con la derecha, y viceversa. Y en todos lo casos ésta aplicación del proceso dialectico de la tesís, antitesis y sintesis solo ha conducido al fracaso, porque las expectativas de la "tercera vía" se basan en puras y simples mentiras, ya que el Capital ni es bueno, ni es bondadoso, ni es amable, es capital. Y el CAPITAL solo se ama así mismo y al medio donde se mueve como pez en el agua, es decir, la Bolsa de Comercio, donde el BRUJO compra y vende papel sin importarle la Inversión, y está solo atento a la manipulación.
Lo primero que hace la "tercera vía" es traicionar a la izquierda con una ideología de derechas, proporcionando los cambios sociales que el conservadurismo es capaz de asimilar, de seguido entra en contacto con el Empresario para terminar traicionando al Obrero, creyendo que ha modificado el mercado, pero no se atreven con la ABOLICION DE LAS BOLSAS DE COMERCIO, pero cuando intentan gobernarlas son los Brujos los que aplican el akelarre correspondiente, desestabilizan el mercado y abren los ojos a los pobres cuando la "tercera vía" les pide que arrimen el hombro. Valga un simple ejemplo: hace unos días un obrero al que han rebajado, en virtud de arrimar el hombro, un cinco por ciento el sueldo, fue al banco para reducir la cuota de su hipoteca un cinco por ciento; en el banco aún se están riendo.
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