miércoles, 19 de mayo de 2010

00149-1. ADELFO RABANERA

...nos hallamos ante la primacia del contenido. Debemos, pues, de eliminar la forma, la gramática y el significado exacto de las palabras, de igual manera tenemos que deshechar la disposición de las palabras en una frase. Cómodo Centón juzgaba como una malicia disponer el verbo al final de una frase, pero procuraba emplear ésta técnica como medio de incomprensión de sus textos. No obstante las limitaciones estructurales de la forma, en cuanto al uso de las palabras, y las evidentes incongruencias en la narración de una historia, debemos de considerar que la realidad de Cómodo Centón existe en la medida en que él mismo cree que su existencia es una realidad. Ahora bien, si la forma en Cómodo era irrelevante, se mostraba la forma como esencial, según Cómodo Centón, en el resto de los autores, lo cual era así ya que el contenido brillaba por su ausencia, según Cómodo Centón, en el resto de los autores. La escala degradante, de héroe a artesano, muestra como el arte deviene de contenido a forma. Ya no existen las ideas, de ahí que todo cuanto se muestra como arte es solo forma modificada de una forma anterior que nace cuando el contenido deja de existir. No hay ideas, solo saltimbanquis mareando las ideas con diferentes formas. Nos dice Cómodo que el Arte es la expresión de la forma vacía de contenido. Tal negación es preciso contemplarla para poder discernir claramente como la técnica estructural de Cómodo Centón, sencillamente, no existe. Lo narrado, pues, no importa, la historia contenida en irrelevante; escribir es aportar una idea. En este sentido si la idea no existe, la literatura es metafísica; sirve para producir letras sobre un papel y se comporta como un dormitivo. Se añade a esto que el resultado de la forma deviene en beneficios para el editor, para el distribuidor, para el vendedor y para el autonombrado escritor.

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