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El llamado CUERNO DE ÁFRICA se caracteriza por su extraordinaria miseria, prueba de lo cual es que fue colonia italiana que nunca interesó a Inglaterra. Allí viven los somalíes sometidos a Alá y a sus divisiones internas. La independencia de 1960 solo trajo la guerra y la desmembración de sus más de seiscientos mil kilómetros cuadrados en tres grandes territorios, separando a sus nueve millones de pobladores en facciones de guerra y terror. SOMALILANDIA al norte declaró su independencia en el año 1991, seguida de PUNTLAND en 1996, que se configuró como territorio autónomo, aunque de hecho actua con total independencia. En cuanto a la mitad sur del país, la antigua JUBALANDIA, se encuentra dividida entre la Unión de Cortes Islámicas y la zona de Galmudug. Todo lo anterior, teóricamente, sometido al Gobierno Federal de Transición.
SOMALIA, sin embargo, es una tierra sin gobierno, sin leyes, sin orden; es una tierra inmersa en las violaciones de los derechos humanos, en los actos de piratería y en el robo a mano armada. Tal situación preocupa al Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones determinan la inseguridad de la zona, fijan la incapacidad del Gobierno Federal de Transición para ordenar a la totalidad del país, y establece como tanto el pago de los rescates como la venta de armas determinan el fomento de la piratería, con participación de niños-soldados.
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