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PRIMERO:
Cuestión: La Historia es el pasar de los asuntos del Hombre. Vamos, pues, a tratar de la historia. Hoy nuestra lección se llama Leonardo Da Vinci.
Leonardo: El mayor bien es la sabiduría y el mal mayor el sufrimiento del cuerpo, puesto que estamos compuestos de alma y cuerpo; la primera de mejor condición que el segundo. La sabiduría pertenece a la mejor parte, y el mal principal a la parte peor. Lo mejor del alma es la sabiduría, y lo peor en el cuerpo es el dolor. Por eso, así como el dolor es el mayor mal de cuerpo, la sabiduría es el mayor bien del alma.
Cuestión: Leonardo es un hombre de bien, ya que tiene inclinación natural al saber. Las leyes de la virtud guiaron su cuerpo, de aquí que Leonardo no tuviera apetencias de este mundo y, controlando sus instintos, no se rebajase al nivel de las bestias. Un hombre sensible como Leonardo sufría martirio en un mundo sometido a los tiranos...
Leonardo: Cuando me siento acosado por ambiciosos tiranos encuentro medios ofensivos y defensivos para preservar el don más precioso de la naturaleza, que es la libertad. Quisiera hablar, en primer lugar, de la situación de los muros y después de como pueden los distintos pueblos defender a sus buenos y justos gobernantes.
Cuestión: Leonardo considera que existen gobernantes justos..., el muy cretino.
Leonardo: Reflexiona cuanto más horrendo es quitar la vida a un ser humano.
Cuestión: Y cuento más aún lo es construir máquinas de guerra para que otros quiten la vida a un ser humano.
Leonardo: Es necio..., nuestra vida se mantiene con la muerte de otros. Mientras pensaba que estaba aprendiendo a vivir, he aprendido a morir. Cuando Elena se miró en el espejo y vio su rostro marchito y arrugado por la edad, rompió a llorar y se preguntó porque se había desgastado tan pronto.
SEGUNDO:
Cuestión: ¡Maestro, quiero pintar! ¡Enseñame!
Leonardo: Comenzarás pintando el mal, cuando lo hayas aprendido sabrás apreciar la belleza. Dibuja...; las aguas que cubren los campos, arrastrando mesas, camas, barcos y otros objetos. Hombres y mujeres con niños gritando, aterrorizados por la furia de los vientos, llevando los cadáveres de los ahogados. Animales de todas clases apiñados con gesto de terror. Terribles alaridos... y la multitud tapándose los oídos con sus manos, haciendo esfuerzos por huir con gestos de dolor, presagio de una muerte terrible. Otros quitándose la vida al verse incapaces de soportar tanta angustia, algunos precipitándose desde las elevadas rocas, otros estrangulándose con sus propias manos..., muchas madres llorando a sus hijos, arrodilladas con sus brazos abiertos y levantados a los cielos, protestando contra la ira de los dioses..., y la atmósfera cubierta de oscuras nubes, rasgadas por el cortante curso de los enfurecidos rayos que iluminan por todas partes el firmamento y las tinieblas más densas.
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