lunes, 6 de diciembre de 2010

00374-07.VIAJERO MADURO: 01.Cartagena

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CARTAGENA, aunque situada en la Comunidad Autónoma de Murcia y sede de la Cámara Legislativa de la misma, nunca ha querido ser murciana, porque fue púnica y romana, bizantina y naval, y en varias ocasiones capital de grandes territorios, siempre muy superiores al que tuviera Murcia en su máxima extensión. Las minas y el valor naval de la misma han hecho de Cartagena una ciudad situada en la historia de Iberia y del mundo. Se ubica, en origen, dentro de una ínsula, que tomaba tierra por Bastarreche y se rodeaba por cinco colinas que responden a los nombres de Concepción, Despeñaperros, San José, Sacro y Molinete, cuyos enlaces marcaban el cerco murado de la misma, que forma una zona aproximada de 700 metros de norte a sur por 800 metros de este a oeste. Cartagena, pues, está hecha para andar. Lo primero de Cartagena es dejar el coche; hay aparcamientos, si, pero, como de costumbre, hay que pagarlos.

En esta ocasión EL VIAJERO MADURO acude a Cartagena porque se ha enterado que allá por el año 1985 al remodelar el viejo barrio situado entre La Concepción y el Ayuntamiento, y con el derribo de algunos edificios, vino a despertar el TEATRO ROMANO. Escarbado sobre la tierra del Monte de La Concepción con orientación al noroeste es amplio y puede acoger a siete mil espectadores. Se visita comienza a través del MUSEO, donde se guardan diversos y escasos restos arquéologicos, accediendo al Teatro por una serie de túneles y pasadizos que cruzan la calle del Príncipe de Vergara y nos eleva, por medio de una serie de escaleras mecánicas, al Monte de la Concepción tras pasar por las cimentaciones de la que fuera antigua catedral de Santa María, que si bien se encuentra en estado ruinoso, ya existe la intención de rehabilitarla. El Teatro se presenta totalmente escavado en lo que hace referencia a las gradas y el escenario, quedando pendiente la zona posterior a la escena; se puede observar como se construye aprovechando el desnivel de la montaña y las distintas áreas de ubicación de los espectadores; así, nobleza, pueblo y mujeres. Por lo demás dispone de todos los elementos y estructura propias de este tipo de teatro.

Una vez fuera del mismo, la visita sigue hacía lo alto del Monte de la Concepción, donde podemos visitar el Castillo del mismo nombre, lugar donde se encuentra el Centro de Interpretación de la Historia de Cartagena, y desde donde obtenemos vistas singulares de la totalidad de la ciudad. Hacía el "oeste" el alto del Castillo de Galeras, el castillo de la Atalaya y el Arsenal, al "sur" la totalidad de la ensenada, con el puerto, entre Trincabotijas y La Podadera, al "este" el castillo de Los Moros y sobre el monte de Santa Lucía el castillo de San Julián, quedando hacía el "norte" la ciudad en toda su extensión.

La tarde se puede dedicar a pasear por el puerto, contemplar el submarino Peral, la línea murada, y tomar un café en un restaurante-bar que se mece sobre las aguas del mediterráneo, para recorrer la calle Mayor, la Puerta de Murcia y el Carmen.

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