jueves, 16 de diciembre de 2010

00389-09.POLITICA GENERAL: 02. Servicios Secretos

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Lo que define a un SERVICIO SECRETO es su capacidad de análisis de la información. Unos pasos iniciales fijan su utilidad; nos referimos a la capacidad del Servicio Secreto para dar con el movimiento de aquello que se mueve. Es aquí donde el AGENTE se muestra como el elemento base de la utilidad del Servicio Secreto, como es descubrir, por la vía metódica o de la pura casualidad, que algo está sucediendo cuando está sucediendo y ese suceder lo es en virtud de su secreto desarrollo. Una vez que el Agente detecta el movimiento, ha de verificarlo, lograr las oportunas pruebas y establecer una historia de incidencias que compongan que, efectivamente, el movimiento es real y no es un señuelo. Naturalmente, el Agente ya ha puesto en conocimiento de la Superioridad la actividad que parece acontece, y es dicha Superioridad quién debe marcar los pasos de clarificación de que el movimiento es real y no imaginación del Agente, de modo que si bien el Agente puede seguir con la continuación del proceso, serán otros Agentes quienes verifiquen la verosimilitud del movimiento, de modo que ya no es el Agente sino el SERVICIO quién opera en la fase inicial del procedimiento.

Verificado el movimiento, el SERVICIO entra en la segunda fase; se trata de evaluar el contenido del movimiento, determinando que si tal movimiento es o no es importante. Si no es importante puede darse continuidad al movimiento para comprobar su deriva. Ahora bien, si es importante, la actividad del SERVICIO entra en una segunda fase, donde se ha de decidir si se efectúa una intervención o se efectúa un seguimiento. El análisis de este punto de inflexión es vital, ya que una intervención precipitada, bien puede detener el movimiento pero no captar a la totalidad de los integrantes del movimiento, lo que dejaría un hilo de reproducción del movimiento, que sería, en su repetición más opaco a la visualización por el Servicio Secreto. En el caso de proceder a un seguimiento, se corre el peligro de que el movimiento se adelante a su detención por el Servicio y pueda progresar hasta ser inalcanzable, o bien que la propia actuación de seguimiento pueda delatar a la totalidad del movimiento y acabar con el mismo.

De aquí que digamos que lo que define a un Servicio Secreto sea su capacidad de análisis de la información.

Cómodo Centón afirma, sin rubor, que rubor no tiene, que si él fuera Presidente de Gobierno, el Jefe de los Servicios Secretos tendría calidad de Vicepresidente Primero del Gobierno, y que sería, apenas hubiese desayunado Cómodo, con el primero que hablaría y que sería con el último que hablaría después de la cena.

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