domingo, 12 de diciembre de 2010

00382-03.ARTE: 03.Leonardo da Vinci (Año 1988)

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Todo pudo comenzar cuando el Hombre añadió al espacio el tiempo. De este modo, por primera vez, resultaba ser, mediante la demostración, que la vida no era lo que era sino lo que parecía ser. De este modo , cuando Kandinsky cristaliza todas sus aspiraciones al ver en su estudio, junto a un vestido de mujer, uno de sus cuadros, y no logra discernir lo uno de lo otro, surge la Abstracción. Todo puede ser visto de modo diferente. Más el arranque son "Las Señoritas de Aviñón", donde la perspectiva renacentista es apasionadamente rota y el poder disolvente del color puesto en entredicho, de modo que las líneas de fuga, principal descubrimiento de Leonardo, se ven sustituidas por los cubos y por la rotura de los contornos por transición.

EL GENIO:

Naturalmente el mundo de hoy non es aquel que conociera Leonardo Da Vinci, y acaso sea esta la principal de las razones que pueden llevarnos a pensar que el humanista universal hoy no sea posible. Leonardo llegó al mundo en el preciso momento, y esta "suerte" de llegar en el instante adecuado es primordial. El mundo gótico había suplantado al románico, la exhumación de os griegos había tenido lugar, el burgués había tomado el poder y precisaba exteriorizarlo, y la tierra, de la mano de Colón, era más grande. Los nuevos horizontes estaban servidos. Y en eso llegó Leonardo da Vinci, y lo hace provisto del concepto de genio, y lo desarrolla. Y da a los hombres de su época una lección de trabajo.

En sentido, no obstante, estricto, Leonardo, si bien porta el concepto de genio, debe desarrollarlo a lo largo de su vida. Su materialización es un proceso fundado en el estudio. No le es inherente el concepto de genio como le dado a Mozart, quién nació genio. Leonardo debe cultivar su actividad. De ahí que las consecuencias de sus estudios, que en su momento resultaron rotundos fracasos, sean hoy de especial calidad histórica, no tanto por el valor de su contenido como por la temprana exposición de los mismos.

No deja de asombrar, leyendo a Leonardo, la admirable capacidad de cubrir tan gran variedad de campos. Más, por lo mismo, no deja de ser evidente que todas las disciplinas que hoy conocemos como tales, eran en tiempos del renacimiento inexistentes. se entiende con ello, que para el genio de Leonardo todo estaba por hacer. de tal manera que ese mismo genio de Leonardo hoy día apenas alcanzaría a una mínima parte de cualquiera de las meterías que, de modo tan excepcional, entonces pudo casi prever su nacimiento.

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