jueves, 13 de octubre de 2011

00732-43.SOY EL DESCANSO DE MI MISMO: 01.Hacía el Método

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El ser en general y las propiedades transcendentales que lo conforman se une a los principios de la Razón. Lo Eterno es un todo donde esencia y existencia es lo mismo, de modo que se realiza en sí y en otro, por sí y por otro, siendo la abstracción total la Idea. Aquello que puede o no puede ser recibe su "ser" de Lo Eterno, causando diversos efectos contingentes, de modo que el Hombre se individualiza por otros hombres, resultando que el conocimiento individual procura la elaboración de los universales. Dentro de estos principios y en el indisoluble de la persona surge, de nuevo, la unión sustancial del ALMA-CUERPO. La ley Moral es una parte de la Ley Eterna pero en un sentido distinto de las leyes físicas, apareciendo el factor imperativo de la voluntad, lo que lleva a un Derecho de Gentes situado entre el natural y el positivo, considerando al estado como soberano, a la sociedad como connatural al Hombre y al poder civil como una inalterable propiedad, siendo la Naturaleza su origen y Lo Eterno su autor. La autoridad viene de Lo Eterno a la Sociedad, cuyos hombres se dan a sí mismo la estructura estatal oportuna; el príncipe ha de ser justo y sus leyes han de tener fuerza de derecho, pero la violación del Príncipe lleva el retorno de la autoridad a la sociedad.

El progreso práctico de todo lo creado está al Servicio del Hombre, quién se sitúa en el centro. Pero para acceder a ese progreso se hace necesario un MÉTODO y una idea que nos conduce al mismo: la DUDA. La Razón apareja conceptos, lo que no quiere decir que los Sentidos tengan que ser despreciados, pero la Inteligencia es una energía propia. Todo es objeto de desconfianza, la percepción y el pensamiento, y aún todo aquello que rebosa de total certeza, porque lo evidente no deja de contener que no fuera realidad, de modo que nada existiera, aunque Lo Eterno así nos lo hubiese confiado. La realidad del mundo exterior, los sueños, la naturaleza entera podría ser una Ilusión, pero el Pensamiento está ahí, lo que permite al Hombre el Pensar y el Dudar, y aún del dudar del propio Pensar y, finalmente, de la misma duda, pero para dudar de la Duda es innegable reconocer que pensamos. Esta nueva verdad lo es de la conciencia, de modo que todo lo que el Hombre ve es VERDAD, por lo que se debe operar con representaciones claras y, entre sí, distintas. Y es al Espíritu al que corresponde captar éstas ideas que lo son Innatas, correspondiendo la de la Substancia Infinita, la de la Extensión o Cuerpo o Materia y la de la Pensante o Conciencia o Alma. Conforme a esto todo sería Pensamiento y su resultado PURA SUBJETIVIDAD. El Hombre puede admitir que tiene Pensamiento, pero lo es con arreglo a un origen: Lo Eterno. Es decir, además del Pensante tiene que existir una REALIDAD EFECTIVA, Lo Eterno, una realidad que no engaña al Hombre y de la que no se puede dudar, una substancia que para existir solo se necesita así misma, pero hay otras substancias, Alma y Cuerpo, que no necesitando nada fuera de sí mismas se presentan sin acción reciproca entre ellas, lo que deviene el Alma como conciencia y fuera del Cuerpo, que es mera extensión.Nos encontramos con un carácter analítico de la investigación, la necesidad de un punto de partida, la intuición y la deducción, así como una teoría del conocimiento que separe al Sujeto del Objeto. La Substancia pensante o Inextensa es la fuente del Saber, a la que se incorporan las experiencias, de modo que la claridad de la Idea determina la Realidad; y se llega de lo simple a lo complejo, con controles y recuentos, de tal manera que cuanto más evidente es un Pensamiento, más segura es su existencia. El Hombre ocupa un espacio donde tiene Alma, que es libre del actuar corporal, y tiene cuerpo, que es el proceso mecánico natural.

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