00766-17.FIESTAS: 02.Primero de Noviembre

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-I-

Llega un momento, y no sabemos quién inventa ésto, que la PUERTA, la que separa el "mundo de los vivos" del "mundo de los muertos, SE ABRE, y tampoco sabemos si "ella y por sí misma" se abre o bien "alguien" la arrastra desde su inercia inicial hasta su inercia final, donde queda abierta y permite el tránsito de los "muertos" al mundo de los "vivos". Esta primera cuestión es notoria en sí misma, pues son los "muertos", se supone que un muerto no se mueve, quienes se mueven y a quienes les está permitido cambiar de mundo sin perder su condición de "muertos". Pero, he aquí la segunda característica, el "muerto" apenas dispone de un tiempo definido, ha de abandonar el mundo de los vivos, traspasar de nuevo el umbral y regresar a su hábitat natural. Una pregunta surge en este punto de la trama, ¿qué sería de aquel muerto que quedase muerto en el mundo de los vivos, tras no lograr cruzar el umbral antes de que la puerta quedase cerrada?.

El objetivo del MUERTO es hacerle una maldad al vivo; no sabemos por qué, necesariamente, una maldad, pero sabemos que el VIVO ha de abonar el canon que evite que la dicha maldad se celebre.

Por unos momentos la eterna lucha entre lo "Uno" y lo Otro" tiene lugar, en apenas un espacio y tiempo definido, donde el espacio cuadrimensional toma consistencia y es plenamente aprehendido y aceptado por el Hombre. Ciertamente es el único momento en el cual el Hombre comprende la deformación del espacio-tiempo como una "realidad real" y perfectamente evidente; luego, y de nuevo, que el plano espacial adopte formas geométricas abstractas, se torna una incomprensión en la mente humana.

-II-

En ESPAÑA tenemos un claro ejemplo de lo dicho anteriormente. El caballero Tenorio, tras despachar de esta vida a varios humanos, ve abrirse la "puerta" y traspasando el quicio de la misma ve a los "muertos" que le preguntan "¿truco o trato?". Duda el Tenorio, no sabe si es real el desvarío o solo desvarío, pero entiende que allí está La Muerte, y que ésta trae su destino. Puede decidir, y decide, niega el "trato" y acepta el "truco"; la maldad de los muertos, esta vez con forma de mujer llamada Inés, lo toma de la mano y se lo lleva al mundo de los muertos.