viernes, 21 de octubre de 2011

00751-12.LIBROS: 01.Enrique Jardiel Poncela: 01.Amor se escribe sin hache

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AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE se estructura en tres "libros", con cinco capítulos para los dos primero y dos para el último. El contenido de ésta novela refiere a una "supuesta historia de amor", donde uno "ama" y otro "desprecia", cuyos protagonistas, Zambombo y Sylvia, secundados por Arencibia, y sobre la base de la ausencia problemática del dinero, precisamente porque el dinero les permite hacer y deshacer sin responsabilidad alguna, se someten a un descaro personal y social en un mundo laxo e insípido, formado de "señores" y "criados", donde la trama es fácil de manejar y absurda por su ineficacia real.

SYLVIA es una mujer caprichosa, no confundir con libre y culta, porque el dinero le permite oscilar entre el divertimento y el aburrimiento que, en Sylvia, es lo mismo. Toma y deja, no se tiene por una mujer vulgar, se lo permite el dinero, y el dinero le permite ser una sofisticada heroína de novelas. Su fundamento intelectual es claro y preciso, el argumentario de los trajes, los que se pone una sola vez, se equipara a los amantes, se los pone una sola vez, de modo que Sylvia es el tronco de un árbol cuyas ramas son los amantes, debiendo éstos conformarse con el bamboleo del viento y el ser un mero trofeo; las actitudes trágicas hacen reír a Sylvia.

Trágico es ZAMBOMBO, su propio nombre ya lo es, porque se ha enamorado de Sylvia, porque la sigue, "inexperto, provinciano y algo tonto" por entre las calles y hoteles que unen las ciudades. Zambombo actúa en virtud del derecho adquirido cuando se enfrentó al marido de Sylvia en tres fases decisivas, siendo la primera la superación de la nota del "marido", donde entrega a su "mujer" a los futuros "amantes, "el duelo a pistola" con el "marido", como manifestación física, y finalmente la lucha intelectual que deviene en la entrega de "Sylvia" por su "marido" a su "amante" como si de un castigo se tratase. Pero, y desde ese momento, se inicia la fase de pérdida del objeto deseado, porque mantener "la risa" es un gasto sin mesura que en la ruina trae el "me aburro"; en una relación de pareja, la "esencia" para Sylvia se encuentra en la dialéctica "me río-me aburro", mientras que Zambombo "ama". La escena del "bistro" y el "doctor Flagg" muestran estos elementos, de tal manera que el "trabajo" del amor recae en aquel que "ama", mientras que la "diversión" en el amor es el ocio de aquel que sabe que "amor se escribe sin hache"
El "marido", ARENCEBIA, que antes fuera "amante de Sylvia" en tiempos del "anterior marido", y que tenía autorizado a los amantes de su mujer la libre expresión de "culpables amores", tal como Catón autorizara a Julio César, es el último de una saga de maridos de Sylvia. Para Arencebia su "mujer" es como una finca; el "amante" es como el inquilino de la "finca Sylvia", de la que puede disfrutar, que la cuida y trata con primor, conservándola en buen estado, de modo que mientras la "finca" tiene "inquilino", el "propietario" no se ocupa de su mantenimiento ni de los problemas derivados de la propiedad, pero conserva la propiedad para lo que pueda ser beneficioso. No obstante, hace una excepción, decide castigar a Zambombo y le entrega a Sylvia para que se la lleve para siempre y en propiedad. Entre ambos hombres se dan "notables" conversaciones sobre "lo femenino"

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