PRIMER DIA - SABADO: Temprano por la mañana tiene lugar la Presentación de Bandas de Música, con desfile de las mismas e interpretación del Himno de Fiestas. La música es primordial en cualquier fiesta y esencial en estas fiestas guerreras como tradicional lo fue siempre en los combates que durante milenios han sostenido, entre sí, los hombres. Hay un ritmo brioso en las notas cristianas y una cadencia parsimoniosa en las moras, y en ambas una amenaza constante. En un sentido figurado son como los alegres sonidos que anuncian el nacimiento de una deseada guerra.
Hay que tomar contacto con el campo de batalla, para ello se realiza un pasacalles de las distintas filaes, con su correspondiente Banda de Música, llamada La Banya (baño), ya que al paso de las calles es costumbre que desde los balcones se lance agua a los paseantes. Posteriormente las Filaes se reúnen en el Castillo de Fiestas para iniciar el desfile hasta el Ayuntamiento, desde donde los diferentes grupos y sus músicos regresarán a los respectivos cuarteles; hay que recobrar fuerzas.
Por la tarde tiene lugar La Entrada de los dos bandos que lucha por la posesión de la tierra; se inicia en la casa del Pósito sobre la carretera de Alicante. Allí se grita: "por Jijona, por San Bartolomé y San Sebastián que arranque la Entrada". Allí se ven sobre todo cristianos debidamente uniformados y algunos moros curiosos, ya maquillados pero sin el uniforme reglamentario, y es que a los moros aun les queda horas para iniciar la carrera, que suele coincidir con la caida del sol tras la Peña del Mediodía. A las dieciocho horas las primeras escuadras de cristianos arrancan desde el Puente de Alicante y encaran la calle del Vall, siendo la capitanía del año anterior quién abre la marcha. Las Escuadras forman en fila, debiéndo ocupar la totalidad de la calzada entre acera y acera, manteniendo una danza en el caminar que ha de ser acompasada con la música que, tras la misma, sigue. Inician el desfiles los más pequeños, siguen las líneas de jóvenes, tras ellos los maduros y terminan las escuadras de veteranos, para concluir con el capitán y abanderado de la filá, además, suelen agruparse por sexos, de modo que hombres y mujeres forman, por separado, sus propias unidades de tropa con sus propias bandas; una filá suele, por su envergadura, disponer de varias bandas de música. Así mismo se pueden ver grupos de bailarinas, que caminan al son de la danza, jinetes, carrozas y otros elementos decorativos que fijan el boato de la fiesta. Suele ser tradicional que cada una de las filaes aporten los elementos propios de la actividad que reflejan. Mientras dura este desfile de la Entrada, toda la "plaza" queda envuelta entre los "mirones", aquellos que ya celebraron su boato y quienes aun están pendiente de presentarse a la lucha. Cada bando cierra su participación con la filá capitana. La Entrada suele durar unas seis horas.
SEGUNDO DIA - DOMINGO: Temprano la Diana desde la puerta del Ayuntamiento y a lo largo del casco antiguo de Jijona, para regresar a la "plaza" y alcanzar el Castillo de Fiestas. Las tropas han madrugado y están en guardia, la guerra se avecina y pronto todos los sentidos de la fiesta deberán estar alertas; he aquí el objetivo de la "diana", reunir a la tropa.
De seguido forman los Contrabandistas e inician su derrota hacía el castillo de Fiestas; en el camino tropa de la Cañeta les dan el alto y preguntan quiénes son. Contestan los Contrabandistas que son sevillanos y que vienen en ayuda de los cristianos contra los moros, continuando hacía el Castillo de Fiestas, donde son admitidos en la lucha contra los moros. Tras éste acontecimiento, serán los Marinos quienes presente su embajada ante las tropas cristianas; trata el acto de hacer un recorrido humoristico por acontecimientos nacionales y locales del último año. Tras lo cual se hace la hora del almorzar y, de seguido, Misa a San Bartolomé en Nuestra Señora de la Asunción, para dar gracias de que ya las fuerzas cristianas están formadas frente al invasor. Lo curioso es que al Templo Cristiano tambien acuden los moros, para después de misa desfilar hasta el Ayuntamiento, y marchar, de seguido, a restaurar el estomago.
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