Ver documento 220
Solo con los SENTIDOS se puede tener conocimiento; sin embargo es el Hombre algo más que su voluntad ya que todo se encuentra sujeto a las beneficios del Amor y a las desdichas del Odio, sucediendo que el Hombre tiene Alma, que es de origen divino e inmaterial, por tanto, su naturaleza, que había sido encerrada en el Cuerpo como castigo de una falta cometida, sin que el Cuerpo supiese la causa ni la penitencia, pero que debe purificarse en un continuo de estados de duración indefinible hacía el NOUS, ese espíritu y entendimiento que todo lo crea y en todo pone orden, que existe para sí, llamado lo Eterno, que es divino y germen de todo, lo más pequeño y a su vez lo más grande, la totalidad y en todas sus partes. La Naturaleza, a la vista de lo anterior, está hecha de piezas minúsculas que el ojo del Hombre no ve, de ahí que existen cosas que los Sentidos no pueden observar pero que, evidentemente, existen, quedando claro que todo puede dividirse en algo más pequeño, como en un continuo infinito, que solo nos deja apreciar con los sentidos como los cuatro elementos se mezclan en toda materia, como la sangre, debiendo el Hombre acudir a la Razón para adquirir el Saber de lo Eterno, donde todo está determinado y todo cuanto ha de suceder se encuentra en la voluntad de lo Eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario