miércoles, 3 de agosto de 2011

00645-43.ALICANTE: 01.Concepto

Documento anterior 00605
Documento posterior 00647 -00648 - 02046 (09.11.2014)
CÓMODO CENTÓN definió a ALICANTE como blanca del azul mediterráneo.
Especie de víbora, de color gris por la parte superior, de unos ochenta centímetros de largo, cabeza muy grande y hocico remangado, dientes parecidos a los colmillos de un gato, la piel con una línea ondulada de color pardo oscuro a lo largo del lomo y una fila de manchas negras a cada lado; feroz, de activo veneno. Dicen que se arrastra por el vidueño, de porte semierguido, con desborre en abril y maduración precoz. Se conduce en poda corta en vaso, pero si se le conduce en porte alto hay que poner cuidado en no dejar demasiados ojos en la vara larga, eliminando algunos brotes si se considera necesario para evitar la sobreproducción y el agotamiento de la cepa.
ALICANTE es una ciudad mediterránea, donde los arroces y pescados, junto a sus vinos de la variedad monastrel, se unen a una conjunción de eterna primavera e inviernos cálidos. El conjunto de calles y monumentos se ordena en una estructura viaria formada por un castillo sobre un monte, una ciudad antigua, otra moderna y una tercera en expansión; completan su imagen un puerto, un aeropuerto internacional y una autopista, que unen a Alicante con el resto del mundo.
Sus casi trescientos mil habitantes, teatro y plaza de toros, museos, oferta hostelera y de restauración, kilómetros de playas, fiestas de hogueras y de moros y cristianos, barrios repletos de vida y de comercio, con sus celebraciones propias y vida nocturna, hacen de la ciudad de Alicante un remanso de calidez y un atractivo de vida para miles de españoles, europeos y gentes de todas partes del mundo, definiendo a Alicante como un lugar de inmigrantes alicantinos por boca de Cómodo Centón.
En Alicante quedaron restos iberos y romanos en la ciudad de LUCENTUM, siglo II a.d.C., en cuyo lugar podemos contemplar murallas, termas, casas, tiendas, el foro y calles perfectamente delimitadas. Con la enseña de la Media Luna se levantó el monte BENACANTIL una fortaleza, que al paso de sus conquistadores fue creciendo y en cuyo solar podemos contemplar hasta cuatro recintos diferenciados y que corresponden a las épocas de los moros, de los aragoneses, de la casa de Austria y de los borbones. En este sentido la ciudad se ha visto al abrigo de tres amurallados, correspondiendo el primero de ellos a la ciudad musulmana, el segundo a la ciudad de la reconquista y el tercero a la edad moderna.

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