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La Idea del Hombre quiere enmendar determinados aspectos de la Evolución de las Ideas que resultan algo confusas o abren la vía de conceptualizaciones, en exceso, intelectuales. Surge la idea de como en los seres naturales existe una pluralidad de formas que superpuestas alcanzan una forma individual, hallándose en esta forma superior de cada ser el PRINCIPIO DE LA INDIVIDUALIDAD, siendo así que el Hombre con su fuerza se puede elevar a la verdad partiendo de la experiencia, de modo que una parte de la esencia de Lo Eterno queda oculta a la Razón. De Lo Eterno depende la Ley Natural y la Moral, y es de esa voluntad de Lo Eterno que se rechaza el concepto de Recta Razón para definirse la RECTA VOLUNTAD como definitoria de la vida moral. Es por lo tanto, un acto de voluntades lo que permite la unión con Lo Eterno. Al aumentar la Voluntad, disminuye el Entendimiento, siendo lo importante la caridad frente a las ideas y la fe. Pero ha de ser comprendido que antes que la Idea del Hombre existe el Hombre del Hombre; es así como el comportamiento práctico en la vida debe de anteceder a cualquier pensamiento. Renace aquí una especie de panteísmo de carácter místico que se inicia con la afirmación de que Lo Eterno nace en el hombre cuando envía a la tierra a Lo Eterno Junior; dicho de otro modo, todo lo que puede realizar Lo Eterno lo engendra en Lo Eterno Junior para que éste lo engendre en el Alma, de lo que resulta que el ALMA es la morada de Lo Eterno. Es la deriva de la voluntad lo que hace decir a la Idea del Hombre que si el Hombre no existiera, no habría Lo Eterno; esta identificación del mundo y de Lo Eterno se refleja con el nacimiento del "ser" en el Hombre, como ha sido dicho, de modo que lo que del hombre se guarda en Lo Eterno se entiende que el Hombre es algo más que cuerpo, más que espacio y tiempo, quedando así establecido el deber del Hombre para encontrar ese su verdadero "ser", siendo así como Lo Eterno nace en el Hombre. La tierra ya no es la preparación para ir al cielo, resultando que lo positivo es la Naturaleza; no se niega Lo Eterno, pero se encuentra presente en la Creación, y con la creación es infinito y está en todas partes. De tal manera encontramos como la Naturaleza es una prolongación de Lo Eterno, de lo que se puede entreve como lo real es el individuo, de modo que la Sensación es causa eficiente, `por lo que la observación del mundo exterior lleva al Hombre a una reflexión sobre la representación, y, en este sentido, al conocimiento humano. Los universales se presentan como signos naturales de una pluralidad de hombres, de forma que ni antes de las cosas ni en las cosas mismas existen; el "universal" es solo un nombre y su contenido solo existe en la mente.El Saber es percepción sensible y el Conocimiento Científico es solo una proposición de valor probable. De este modo decimos que todo lo que muestra la Fe es indemostrable, y como el odiar a Lo Eterno sería bueno si Lo Eterno así lo hubiese decidido. hay, pues, en lo dicho una separación radical entre Razón y Fe, y un único camino: la percepción o que solo tiene el Hombre demostración y ciencia de lo empírico, acotándose el conocimiento humano a la naturaleza.
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