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Hoy se celebra el DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL SIDA. Cómodo Centón ha podido ver algunas mesas en las calles, hombres pidiendo ayuda para acabar con esta enfermedad, y una reunión en el Ayuntamiento de Alicante; poca cosa si recordamos aquel 1981, año en que descubrimos que existía un animalito que, en sus ansias por vivir, procuraba la muerte de un ser humano. Porque eso que los humanos llamamos enfermedades no dejan de ser legítimos procesos de ciertos animalitos por vivir; ciertamente, tal comprensión de la naturaleza no alegra la vida del enfermo.
Sin embargo, el SIDA ya no es lo que era. Porque nos llegó desde nuestros parientes los "simios", y porque comenzó siendo cosa de homosexuales, de drogadictos, de niños infectados por sus padres, y, finalmente, de cualquier miembro de la población. Semejante proceso de ampliación poblacional enferma fue suavizando la relación con la enfermedad, a lo que se unió los progresivos y constantes avances médicos. Ahora el SIDA es una enfermedad más, una enfermedad más que produce gasto sanitario, que produce gente con problemas y que se guarda en el baúl de los secretos ocultos, porque, y en el fondo, aún seguimos vivos aquellos que la vimos nacer y progresar, que aprendimos a temerla y que optamos por alejarnos de sus víctimas.
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