Documento posterior
El acceso a tu morada, torre dorada,
amor que en el balcón te hayas,
es una senda sin rumbo que busco
y no hallo allá por donde vaya.
Está pérdida mi oscura vista, mis oídos
nada oyen, dormido está mi olfato,
mis manos, tras los píes, desencaminadas,
que no salen palabras de mi boca helada.
Que tensión más elevada ida y vaga
por la calle de tu casa, y se para bajo
el balcón donde te hayas, mirándote,
dulce y callada, desde tus píes a tu cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario