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RUSIA es un un país oscilante entre su pasado autócrata y su futuro democrático. En las pasadas elecciones hemos visto como todo un pueblo, y a pesar de su pasado histórico, sigue entregando el poder del "estado" a los dos grupos que reflejan lo peor de sus cualidades. Por una parte RUSIA UNIDA, la autoridad democrática andante, logra el 50% de los votos, mientras que el PARTIDO COMUNISTA, la autoridad totalitaria renacida, logra el 20%.
Sin duda alguna, hay pueblos que no escarmientan. Cierto es que la historia puede mucho, cierto es que los hijos repiten las celebraciones de sus padres, cierto es que el desarrollo lleva su tiempo, pero insistir en votar a las dos franjas de la sociedad que representan lo mejor de la dictadura rusa es la esencia misma del "ser" ruso. RUSIA UNIDA acepta la democracia para manipularla, golpea la urna pero no la rompe, necesita a la urna para seguir siendo la representación del pueblo ruso, mientras que el PARTIDO COMUNISTA acepta la democracia para secuestrarla, golpea la urna y la rompe, necesita del silencio del pueblo para seguir siendo la representación del pueblo ruso.
Sin embargo queda entre medias la desidia de medio pueblo que no ha acudido a las urnas, tal vez porque en la esencia del ruso vive incrustada la desidia que produce siglos de autocracia, totalitarismo y siervos de la gleba.
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