lunes, 26 de diciembre de 2011

00865-05.NECROLOGÍA: 01.Conferencia del Señor de Las Hoyas

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          Leonor llegó pronto, quería ocupar una de las primeras sillas, quería que allí la viese, quería sentirse necesitada especialmente por aquel hombre, quién decía... allí estaban los serviles como contra ideología, se trataba de propiciar la negación del progreso haciendo una equivalencia entre igualdad y animalidad. Pero al tiempo que negaban el desarrollo , pues los serviles venían desarrollándose desde seis mil años atrás, materializaban su presencia como afines al rey, de modo que consideraban las constituciones como necesarias para las sociedades de nueva planta, no entendiendo el ahínco que se ponía en las sociedades tradicionales e históricas para abolir  las leyes que durante tantos siglos habían regido el gobierno, de modo que no eran las leyes serviles defectuosas sino la inobservancia de las mismas el mal inventado que pretendían curar los revoltosos; igualdad si, pero entre iguales, quedando los desiguales entre sí iguales pero no iguales a los iguales. Seamos claros, comprendamos a los filósofos, al Rancio y al Antaño, cuando nos advierten sobre el caminar a borricos de los hombres, que en este punto no necesitan ayuda alguna, y que cuando están en vísperas de serlo precisan de ayuda para parecer hombres. ¿No los comprendéis?. ¡La víbora está enroscada bajo la hermosa y fresca hierba de la libertad!. Son los tiempos delos persas..., pero no es necesario ser los persas. Los serviles rompen el procedimiento afirmando que no son necesarios cinco años de caos, donde la sociedad cobre la experiencia del asesinato y del robo, de todas las desgracias conocidas y las que están por ser inventadas, para que los hombres, tanto los iguales como los desiguales, renueven su fidelidad al tirano y sean felices bajo su opresión. ¡Es necesario acabar con los propagadores del libertinaje! Los principios conservadores deben de estar en las instituciones y en sus representaciones. Necesitamos el gobierno de los mejores, ¿y esos quienes son?, nosotros. Fuera la soberanía popular, es absurda e imposible, y fuera el derecho divino, es infantil, levantemos la soberanía de la inteligencia, ¿y quién es inteligente?, yo. Lo que se impone en el sentido común es la aristocracia de actualidad frente a la aristocracia de los privilegios. Es decir, poder político como expresión de poder social. De modo que la debilidad del poder es el problema, y el poder es débil cuando la sociedad se fracciona en una misma igualdad para todos. Aquí nace la amenaza contra la persona y la moral, contra la familia y la moral, justificándose la violencia de una dictadura al grosero, ese hombre que díscolo piensa y se equivoca.   

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