jueves, 22 de diciembre de 2011

00860-24.FIESTAS: 02.Navidad: 01.Lotería de Navidad

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          Entre el mecánico ronroneo de los números premiados y los premios otorgados por el "bombo", yace CÓMODO CENTÓN, sabiendo, con evidencia, que no ha de tocarle premio alguno si ningún número ha comprado. Porque el Centón es de esos ateos que en ocasiones cree, pero a quién la creencia apenas le dura. 

        Quiere, lo primero, Cómodo Centón dejando aparte a los ANTIFLAMENQUISTAS (véase documento 00234 de éste indice), afirmarse en lo duro y desagradecido que es esto de la "lotería", pues en esa irrealidad que es todo premio viene el hombre a poner toda su esperanza, parte de su fortuna y algo de ese fondo de iluso que lo caracteriza. 

          Ciertamente la LOTERÍA es un trabajo que, las más de las veces, no se cobra; hay, que salir de casa, sacar del banco el dinero, acudir a la tienda de lotería, ponerse a la cola, adquirir el boleto, guardarlo y custodiarlo, comprobar con la lista de premios si ha tocado, y tirarlo. Al menos, una naranja termina siendo comida. Podemos decir que la Lotería es ese trabajo que todo iluso realiza y que además paga.

           Pero, en sentido estricto, La LOTERÍA es una estafa, un engaña bobos, una mentira que vivimos como una verdad hasta que la "verdad", ya vuelta del revés, nos muestra la cara oculta de su mentira. Nos han estafado, nos han dicho que si jugamos tal vez nos toque, y nos lo hemos creído. Han alimentado nuestra avaricia, y nosotros hemos expuesto nuestra avaricia a la mentira de un premio que, al parecer, existe. Aunque parece que existe..., ese da saltos de alegría, se está bebiendo una botella de cava, pagará la hipoteca, se comprara un coche, hará un viaje..., ese que es feliz, ese nos está engañando, pues que a él le haya tocado no significa que a nosotros nos toque, más si a él le ha tocado... ¿por qué no ha de tocarme a mí la próxima vez? 

          Ahora bien la LOTERÍA es la definición misma del CAPITALISMO INVERTIDO. Sabemos que el  TRABAJO genera riqueza, aunque no siempre, y que la RIQUEZA genera ocio, de modo que el OCIO genera ilusos. La ILUSIÓN es la madre de la desesperanza, mientras que la ESPERANZA nos hace gastar aquello que no tenemos para tener menos.

          A la vista de todo lo anterior, afirma Cómodo Centón que el SORTEO DE NAVIDAD, como todo sorteo que no nos es favorable, es un ronroneo de esperanza que inyectado en vena pudre la sangre en desesperanza, pero que como toda droga actúa en nuestra ilusión y nos somete. Ciertamente, Cómodo Centón se niega a que un vulgar Sorteo de Navidad le toque, lo que quiere es que el Sorteo le toque sin jugar, que es en esto donde está la grandeza de un Sorteo, y no es baladí la afirmación de Cómodo, pues conoce el Centón a alguien a quién le tocó la Lotería sin que previamente ese alguien jugase, ya que vino a nacer en casa de ricas posesiones. 

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