martes, 23 de mayo de 2017

03629-156.ALICANTE: 22.Historia: 1875-1899

DOCUMENTO ANTERIOR
03626 (22.05.2017 - 21.Historia: 1850-1874)

DOCUMENTO POSTERIOR
03632 (23.05.2017 - 23.Historia: 1900-1922)


    Tras el Golpe de Estado del general Pavía en enero de 1874, la Regencia de Cánovas durante 1874, y el Golpe del general Martinez Campos en diciembre de 1874, se inicia en 1875 la RESTAURACIÓN de los Borbones. El nuevo sistema es un turno de dos partidos políticos en el poder; el fundamento de tales partidos es el de notables y cuadros, con clientelismo muy extendido, facciones internas y movilidad social, donde la BURGUESÍA se impone definitivamente, y se ejerce la manipulación del sufragio y se intimida al votante.

     Por una parte está el Partido Conservador (Cánovas) que en Alicante es dominado por el marqués del Bosch, el marqués de Algorfa, el barón de Finestrat (conservadurismo integrista católico) y diferentes elementos de la burguesía (José Amerigó, Arturo Salvetti y Antonio Campos entre otros). Frente a éstos se sitúa El Partido Liberal-Unionistas (antes Partido Constitucionalista) de Sagasta, destacando en Alicante el liberal Rafael Terol, Enrique Arroyo y José Gadea entre otros.

    Fuera del juego de la restauración monárquica quedará en Alicante los republicanos de Maisonnave, que recoge a liberales de la alta burguesía alicantina (comercio y negocios), mientras que otros republicanos viran al Partido Demócrata (izquierda), otros formaran la Unión Democrática (Rafel Sevila, antes Zorrilla, de centro) y otros formarán el Partido Centralista, después Partido Republicano Único (republicanos federales), lo que lleva al republicanismo en Alicante a un evidente proceso de decadencia durante este periodo.

     Con el citado ambiente político anterior, entendido como un periodo de oligarquía y caciquismo, la ciudad de ALICANTE, entre 1875 y 1899, alcanza los 50.000 habitantes, opta por ser un espacio administrativo y de servicios, donde caen las MURALLAS, se abren nuevas calles, se realizan infraestructuras de alcantarillado, pavimento, aceras, se construyen nuevos barrios populares (Benalúa), se levantan nuevos edificios para la burguesía, y se abren espacios como la Explanada y el Paseo de Canalejas, con un Plan de Ensanche que tardará años en ser conseguido en la práctica.

     El PUERTO queda cerrado por los diques de poniente y levante, iniciándose los estudios de un ante-puerto que se construirá ya en el siglo XX, incrementándose la actividad portuaria. El TREN (estaciones de Madrid con la compañía MZA, y la de Benalúa-Murcia con la compañía de Andaluces) se convierte, junto con el puerto, en los fundamentos del desarrollo, con el vino y junto a los salazones, y los grandes negocios, a lo que se une una INDUSTRIA basada en conservas de frutas y verduras, pastas, chocolate y aceite, incidiendo en el campo financiero, del comercio y de la agricultura, la electricidad y las aguas, así como un aumento de la actividad bancaria, que traerán grandes beneficios a la burguesía como pequeña nobleza histórica y nuevos capitalistas, al tiempo que aumenta el número de jornaleros y la PROLETARIZACIÓN de las clases populares, que presenta zonas insalubres, viviendas inhabitables, poca limpieza pública, extensión de la miseria, y una dieta alimenticia escasa y pobre, dentro de unas condiciones laborables de bajos salarios, masivos despidos y jornadas de trabajo interminables, a lo que se añade diversas epidemias. Por otra parte caen diversos CONVENTOS como dominicos (actual hotel en torno al Pasaje de Amerigó), del carmen (actualmente plaza) y agustinos (actualmente plaza), y se inicia un lento proceso de COMUNICACIONES con carreteras entre la capital y los pueblos de la provincia. 

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